PEQUEÑOS MOMENTOS

A veces todos nos sentimos como el o la protagonista de algo, es una buena sensación, todo el mundo está pendiente de ti y no es necesario levantar tu voz, o tu mano, para decir "Estoy aquí".
     Otras veces, en cambio, parece que todo el mundo importa más que tú y ni siquiera levantando tu voz, tu mano o tu misma presencia, vas a poder llamar la atención de alguien. Puedes llamarla la peor sensación, sentirse sólo y sin nadie. Pero realmente ninguna de las dos sensaciones merece una atención especial. A veces sentirse especial sólo para una persona es lo mejor que puede pasarte, aunque seas ignorado por el resto. A veces incluso parece que tú seas la única persona que ve esa mano intentando llamar tu atención.
     A veces, sólo a veces, te sientes realmente completo al levantar una mano y recibir otra mano justo en tu palma. Esos pequeños momentos son tan escasos y valiosos que puedes guardarlos como oro en paño en tu memoria. Esos pequeños momentos ni siquiera tienen que ser de una gran día, o de un día especial. Pueden ser el recuerdo del primer abrazo de tu mejor amigo, la primera risa con tus amigas, el primer cumpleaños que celebraste con ellos, o simplemente todas y cada una de las quedadas que celebras con ellos. Pueden ser también esas largas conversaciones cibernéticas que duran horas y horas, y que, aunque no les veas las caras o no hayas estado en el mismo espacio real con ellos, aprecias y valoras tanto que a veces el hecho de no poder hacerlo, te llena de tristeza.
     O pueden ser los momentos en que sabes o sientes que están contigo aunque no lo estén físicamente. Por todo eso y mucho más, a veces vale la pena sentirse mal, si luego sabes que ellos están a tu lado, o vas a conocer gente igual.

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