Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, no arriesga a vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce...
Muere lentamente quien evita una pasión, o un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos o corazones a los tropiezos...
Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.
Pablo Neruda.
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