La vida se nos presenta de formas inexplicables. Un día todo está bien y al otro día despiertas y sientes que el mundo se te vino abajo, parece que esto es normal, porque la vida no la tenemos asegurada ni comprada con garantias como cuando compras algo en una tienda y viene con garantia de por vida.
La realidad es muy distinta. El dolor puede tocar tu puerta el día que menos lo esperas y te puede derrumbar en un segundo. Claro... uno puede decir que hay que estar atentos!, pero ¿quien está atento al dolor? ¿quién está pensando que te puede tocar a ti?
Un dia nos toca y perdemos la cabeza, nos enfermamos y nos dejamos llevar por el dolor y las lágrimas.
Hoy me doy cuenta que todo puede pasar... pero claro, el proceso es largo y muy duro. Y lo que te duele no sólo es pensar en lo que pasará después, qué harás después, sino sobrellevar el "momento" en que estas sumergido en el dolor y en las lágrimas y que te impiden caminar hacia adelante.
Eso es lo que muchos no entienden... que mientras dura...el que tiene que vivirlo y soportarlo es uno y no el amigo que solo quiere traerte un poco de ánimo y de esperanza, agradezco las muestras de apoyo de toda la gente que me ama de verdad pero la realidad es que en este momento no hay nada que me ayude a secar las lágrimas. Al parecer solo el tiempo... desgraciadamente, el tiempo, ese aliado positivo y a veces tremendamente negativo es el único que nos puede curar, y de verdad trato de aferrarme a esa idea.
Que combinación terrible pueden resultar: el tiempo, el dolor, las lágrimas y la desesperanza!!!
Pero ¿qué otra opción tengo en este momento? NINGUNA. Sólo espero que un día pueda sonreir de nuevo, sin miedo, sin temor, sin ese horrible sentimiento de creer que no puedo más...
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