Ya son 6 años y aun siento que cuando partiste se rompió mi espíritu, porque la vida arrebató de mi lado a mi gran amiga, confidente, socia de ideas locas y gran compañera, dejaste un gran vacío en mí, que nunca más se llenará, porque aunque por más que recuerde tu risa, voz, imagen y tu aroma, ya no estás.
Siento que aunque han pasado los años, recién partiste ayer, dejando un lugar en mi vida, en la casa y en nuestra familia, que siempre estás con nosotros; pero, la amargura de no verte, abrazarte y reírme contigo aún no se disipa, muy por el contrario, a veces crece con tanta fuerza que creo estallar por dentro.
Siento que no nos dijimos todo, que quedaron cosas por hablar, caricias por recibir de una hacia la otra, disculpas por dar y recibir, consejos que entregar, son tantas las cosas que tengo en mi alma para decirte pero ya no estás.
A veces pienso que no hice todo lo pude por ti, que te merecías mucho más, no encontre la forma de ayudarte, Dios te quiso llevar con él y nos tuvimos que conformar.
Y aunque soy adulta, no puedo dejar de derramar lágrimas de niña al recordarte y al sentir que te quiero aún cuando ya no estás conmigo, porque a pesar que los años han pasado y los llevo cada vez con mayor cautela, me haces falta, te extraño mucho mamá.
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