¿Qué hacer cuando se rompen los sueños?

 
Cuando el destino decide ponerte cara a cara con la realidad. No te queda otra que enfrentarte a ti misma y darte cuenta que muchos sueños no dependen solo de uno. Que quien necesitas para que los cumpla contigo no esta dispuesto a hacerlo…
 
¿Podré yo recuperarme de esto?
 
¿Debo cambiar de sueños?, o simplemente guardarlos en el baúl donde guardo las cosas queridas, las que se cumplieron, las que no y las que duelen. Porque... ¿en que otro lugar podría guardar todo esto??? En mi corazón ya no hay espacio para tanto! Y si lo lleno de sueños rotos no quedará espacio para vivir, y para de alguna manera, disimular… que todo está bien, que esta separación que  no decidí no dolió. Que seguiré viviendo así, hasta donde pueda, hasta donde tenga la capacidad de dejarlo todo y seguir mi camino como hasta ahora... sola,  que aquella promesa de un fututo compartido que hoy veo que nunca existió no podrá detenerme… tengo que seguir adelante, y claro, hacer de cuenta que todo esta bien… sonreír, respirar, dormir, levantarme, trabajar, alimentarme… en fin…. Todo está bien… todo estará bien ¿no? Y es que las promesas, cuando son mentira, duelen más que cuando se desvanecen solas.
 
 

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