La vida está en constante movimiento... es, hasta cierto punto, engañosa. Un día creemos saber exactamente lo que tenemos frente a nosotros, somos capaces de vislumbrar el futuro y hacemos planes sobre éste. Pero es frecuente terminar en la nada al minuto siguiente. Y es que es imposible saber qué nos depara la existencia.
Entonces es necesario cambiar de perspectiva, analizar la vida desde otro ángulo. Aprender a caminar de nuevo, adaptarse a la diferencia. Duele cambiar de piel. Duele levantarse. Sin embargo, la vida nos ofrece todo un panorama reluciente, un abánico de posibilidades que somos incapaces de observar en momentos de crisis.
Rendirse a medio camino resulta tentador, es más fácil regresar que iniciar de nuevo... por eso es necesario remontarse al pasado para recordar lo sorpresivo que resulta avanzar y evolucionar. Es de gran utilidad recordar la historia de nuestras vidas durante la tormenta. Tomamos fuerzas para continuar y sonreír.
Entonces es necesario cambiar de perspectiva, analizar la vida desde otro ángulo. Aprender a caminar de nuevo, adaptarse a la diferencia. Duele cambiar de piel. Duele levantarse. Sin embargo, la vida nos ofrece todo un panorama reluciente, un abánico de posibilidades que somos incapaces de observar en momentos de crisis.
Rendirse a medio camino resulta tentador, es más fácil regresar que iniciar de nuevo... por eso es necesario remontarse al pasado para recordar lo sorpresivo que resulta avanzar y evolucionar. Es de gran utilidad recordar la historia de nuestras vidas durante la tormenta. Tomamos fuerzas para continuar y sonreír.
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